domingo, 15 de abril de 2018

GENIO Y FIGURA DE ENRIQUE JUAN BLAKSLEY SEÑORANS, Y SU BANDA, QUE SIGUEN AL PIE DE LA LETRA LA ESTRATEGIA DEL MAFIOSO: ADEMÁS DE ESTAFADOR, AMENAZA A SUS VICTIMAS.

El "Madoff argentino"

Denuncian que cuando desapareció el dinero comenzaron las amenazas

Creen que el fin del cepo al dólar y el blanqueo de capitales ayudaron a precipitar el colapso.
Enrique Blaksley Señorans quedó preso en Ezeiza. (Mario Sayes)
“Madoff era bañero y se convirtió en el hombre más influyente de Wall Street. Cuando lo detuvieron (en 2008, después de décadas de estafas) dijo: ‘Pensé que me iban a descubrir a los 3 o 4 años’”, cuenta a Clarín el abogado Martín Caride Meabe, representante de más de 60 damnificados de Hope Funds. Y agrega: “Blaksley es un hombre sin formación académica. Era vendedor de seguros. Pero es un tipo que sabe vender humo. Logró que le den más de 200 millones de dólares. Internamente siempre debió saber que no la iba a devolver y la tiene que tener en algún lado”.
El momento del principio del fin se sitúa a finales de 2014, cuando la AFIP y la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) abrieron una causa por presunta evasión y lavado de dinero. Para ese momento ya había denuncias de ahorristas que no podían retirar sus fondos…”
“…Para los damnificados, la pesadilla recién comenzaba. Muchos denuncian que, además de no poder cobrar, comenzaron a recibir amenazas y todo tipo de maltratos por parte de los implicados.
María Huerta fue varias veces a la casa de Enrique Blaksley a reclamarle el dinero porque ya la habían bloqueado en sus teléfonos. “Casualmente, cuando me retiraba llamaban para amenazarme. A mi marido le decían: ‘Te vamos a mandar a violar a tu mujer, hijo de puta’. Me tuve que mudar porque tengo un nene chico”, denuncia Huerta.”
“…Con un grupo de damnificados se organizaron a través de un blog (“Hope Funds Estafados”) y organizaron protestas frente al country en el que vive Blaksley. “Un día después de un escrache en la puerta del Pacheco Golf Club, me encerraron con un auto”, asegura la mujer. “Un día, después de estar cinco horas en las oficinas para que me pagaran, les dije que si no lo hacían me iba a pasear con un cartel por la puerta diciendo que eran unos estafadores. El director comercial me dijo en ese momento que si lo hacía iba a saber bien quién era. Después me mandaba amenazas y me decía cosas horribles”, cuenta otra mujer que prefiere no dar su nombre.
Entre los cientos de testimonios hay también historias de enfermedades, suicidios y tratamientos de salud que debieron ser abandonados por la falta de fondos y el stress al límite…”