jueves, 9 de noviembre de 2017

LAVERAP FINANCIERO

Estimados acreedores
Buenas noches.
Les dejo el link de una nota que me hicieron llegar sobre el tema del lavado de dinero en nuestro país,  
Y de cómo HOPE Funds ha formado y forma parte de este “laverap financiero”, junto con empresarios y políticos diversos. La nota es del día de hoy.
Les copio solo el titulo, copete, y un fragmento sobre Blaksley, el link los lleva a la nota completa.
Saludos

http://www.revistacrisis.com.ar/notas/la-transfugueada-de-los-ceos
la transfugueada de los ceos
Los Panama Papers, y luego los recientes Argenpapers, confirman el entramado al mismo tiempo legal y
deshonesto en el que familiares del Presidente Macri e incluso ministros defendidos a capa y espada como el Caymanés Aranguren o el negociador Luis Caputo se muestran expertos en esquivar al fisco argentino. Una práctica habitual entre corporaciones que se vuelve grotesca al ser ubicua entre los miembros del gabinete de un gobierno que promete “la llegada de inversiones” a cambio de disciplinamiento laboral, y que en Argentina creció de la mano de Juan Enrique Blaksley, “el Madoff de Cambiemos”.
(Va fragmento)Todos flotan con Enrique Blaksley y HopeFunds
Si tener una empresa offshore es legal o no es la clase de pregunta que, a priori, demuestra que “robar no es para pobres”, como dice Jorge Asís. En este punto, los abogados tienden a transformarse en cuidadosos amantes del lenguaje y por eso eludir impuestos no es lo mismo que evadir impuestos. Mientras tanto, la condición “paradisíaca” de los paraísos fiscales consiste en la ausencia de preguntas rigurosas sobre la procedencia (o verdadera propiedad) de los fondos, las autorizaciones veloces para establecer empresas y una presión impositiva risueña. Tal como escribió en Twitter Laura Alonso, la titular de la Oficina Anticorrupción, “constituir sociedades comerciales en un paraíso fiscal no constituye un delito en sí mismo, salvo que se pruebe que haya sido un vehículo para blanquear activos, concretar una evasión impositiva u otro delito”. Con esto en cuenta, los conocimientos y las precauciones para operar en serio en los paraísos fiscales pueden volverse tan complejos que requieren el servicio de verdaderos especialistas. Un buen ejemplo en ArgenPapers es Gabriel Gotlib, abogado, contador, socio de Marval, O´Farrell y Mairal ‒el estudio jurídico más grande de Argentina‒ y autor de las 672 apasionantes páginas de Aspectos internacionales de la tributación argentina. “Cliente no cooperante en materia de debida diligencia”, según los Panama Papers, Gotlib escribió al estudio Mossack Fonseca en 2007 para “hacer una sociedad en Panamá para mí y para mi padre”, Rodinet Capital Corporation, fortaleciendo un vínculo de cooperación entre ambos estudios jurídicos que se remonta a 1999.
Cuando el “velo” entre lo legal y lo ilegal se vuelve engañoso se puede pensar en Parrasio de Éfeso, pero también en Juan Enrique Blaksley. De todos los casos en ArgenPapers, pocos logran trazar una línea tan elocuente, sinuosa y todavía impune entre política y negocios. “Mauricio Macri, Marcelo Tinelli, Sergio Massa, Lionel Messi, Horacio Rodríguez Larreta, Eduardo Elsztain, Adolfito Cambiasso, Ariel “Burrito” Ortega y hasta el Papa Francisco, entre muchos otros”, colaboraron aportando de una u otra manera las herramientas y las condiciones para que “el Madoff argentino” armara una de las estafas más grandes del siglo XXI a través de la inversora HopeFunds S.A. Contada a velocidad crucero, la historia de Blaksley y HopeFunds podría sintetizarse como sigue. Formado como corredor de seguros de Zurich Argentina, HopeFunds S.A. nació en 1989 ofreciendo tasas de rendimiento superiores a las del circuito bancario y evolucionó hacia un fondo de inversión inmobiliaria. Asociado al Grupo IRSA, en 2012 adquirió el 47% del Buenos Aires Design, varios locales, 174 cocheras y el Hard Rock Café. En 2015, y con una exhibición de arte en colaboración con el Vaticano en su currículum, la empresa se ocupó también de la visita de Serena y Venus Williams y Usain Bolt a Buenos Aires con 5 millones de pesos pagados por el Gobierno de la Ciudad.
No era la primera incursión de Blaksley al mundo de los negocios políticos con el deporte. Asociado al ex Socma e interventor de Fútbol para Todos Fernando Marín ‒“designado por Mauricio Macri”‒, antes de desaparecer bajo cientos de denuncias HopeFunds S.A. había invertido en espectáculos, en la comercialización del merchandising de Boca Juniors ‒cuando el ministro de Modernización Andrés Ibarra era presidente de Márketing del club‒ y se había ocupado incluso de que Roger Federer jugara al tenis frente a Sergio Massa en Tigre en 2013. Mientras tanto, la captación bajo el sistema piramidal de inversores medianos y menores seguía su curso. “Vóley con Tinelli, básquet con una empresa que fundó Hernán Lombardi, fútbol con la gente de Macri”, escriben los autores de ArgenPapers, “el dinero captado por Blaksley bien podría llamarse la Ruta Pro de los Panama Papers”. De hecho, cuando en 2012 la concesión que HopeFunds S.A. compartía con el Grupo IRSA sobre el Buenos Aires Design de Recoleta estaba por vencer, el gobierno porteño de Mauricio Macri la renovó hasta el 17 de noviembre de 2017. Llamativamente, señalan O'Donnell y Lukin, eso ocurrió un día antes de que se cumplieran los cinco años que habrían impedido la aplicación de la ley 3.399, “que permite al Ejecutivo ampliar la concesión por un plazo menor a los cinco años, sin necesidad de que la medida cuente con la aprobación de la Legislatura”. Cuando se hizo la renovación exprés del predio, el apoderado de IRSA era Augusto Rodríguez Larreta, hermano de Horacio, por entonces jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad. La aparición de HopeFunds S. A. en los Panama Papers fue el punto determinante para la combustión espontánea de todos los lazos políticos y judiciales de Enrique Blaksley y para la desaparición de unos 300 millones de dólares distribuidos entre más de una docena de empresas offshore. Como decía uno de sus propios consultores financieros, Luis Romero, mientras las oficinas de HopeFunds S.A. sobre la confitería The New Brighton se desmoronaban: “Para una empresa como HopeFunds, no estar en los Panama Papers habría sido sospechoso”.